En cada edición de esta competición, se designa a una mascota, ésta
usualmente suele ser un animal o una figura representativa de la ciudad sede.
Las mascotas comenzaron a usarse a partir de los Juegos Olímpicos 1972, disputados en Munich. A continuación un
repaso a las todas las mascotas olímpicas.
Waldi, primera mascota de los Juegos Olímpicos en 1972, tiene como
origen un perro salchicha de pelo largo. Los colores fueron elegidos para
representar tres de los cinco colores olímpicos.
En Montreal 1976 la mascota fue un castor llamado Amik, que significa
castor en una lengua oriunda de Canadá. El roedor representaba la amistad,
paciencia y trabajo duro con la que se estructuró Canadá. En Moscú 1980, Misha
el oso, fue la mascota oficial de esos juegos. Fue una de las más conocidas de
la historia gracias a la gran publicidad y popularidad que obtuvo.
Sam fue la imagen de los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984. Sam, es el
símbolo de Estados Unidos, un águila. En Seúl 1988 la mascota fue el tigre
Hodori.
Cobi, la mascota de Barcelona 1992, fue inspirado en un perro ovejero.
Esta mascota fue muy conocida entre los españoles. En Atlanta 1996, un
sapo fue la inspiración para crear a Izzy, la entrañable mascota olímpica de
aquella edición.
Olly, Syd y Millie fueron las tres mascotas que representaron los Juegos
Olímpicos de Sídney en el año 2000. Los tres fueron inspirados en la fauna
típica australiana; Syd, un ornitorrinco; Millie, un puercoespín; y Olly, un
kookaburra. En Atenas 2004 la mascota no fue inspirada en ningún animal, por lo
contrario, fueron basadas en dioses de la mitología griega. Atenea y Febo en
honor a Apolo y Atenea.
Para Beijing 2008, el Comité Organizador presentó cinco mascotas. Estas
mascotas representaron cuatro animales de China; un panda, un pez, el antílope
tibetano y la golondrina; y la llama olímpica. Finalmente, Wenlock y
Mandeville fueron las mascotas representativas de Londres 2012. Según su
creador nacieron de las gotas de acero sobrante de la construcción del Estadio
Olímpico.
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